Mediante simples etiquetas colgantes para identificar a los comensales, que pueden disponerse como abrazadera de una copa o alrededor de la servilleta, podemos situar a los invitados en un lugar determinado de la mesa, o evitar que las copas de cada uno sean confundidas en aquellas celebraciones en las que la gente está en pie y no sabe muy bien dónde ha apoyado su bebida.